La soga

Miguel Gómez EL ESCÁNER

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

05 may 2024 . Actualizado a las 00:58 h.

Esta noche no pude ir al pabellón. Unos amigos, Brandon y Philip, me habían invitado a cenar a su casa. Acepté con la condición de poder ver el partido en la tele. Fui el primer invitado en llegar. Mi mujer se había escudado en un supuesto gripazo para no venir y, en su lugar, me había acompañado mi cuñada. Después llegaron Albita Walker, directa desde el aeropuerto, enfundada en la bufanda del Obra y el profesor Cadel, éste a bordo de su flamante deportivo italiano. El último en llegar fue Nacho Lawrence (se le había alargado la sobremesa) uno de esos santiagueses que han dedicado media vida al club y que lo siguen sufriendo ahora desde la grada. Estábamos tomando una empanada de xoubas de entrante cuando empezó el partido. Fuese por la tensión, fuese por la horrible sensación de estar cenando encima de un cadáver, fuese por el explosivo inicio de Harding se me atragantó y no fui capaz de seguir cenando. Le costó al Obra cogerle el ritmo al partido, con el segundo interior de Andorra cayendo siempre para ayudar frente a las ventajas de Artem, Marek o Thomas. Al 5-13 respondió el Obra desde «la locura». No sé, Rick, se jugaba al ritmo en el que se debía de sentir más cómodo Andorra, lanzados a lomos de Dotson, Howard y el rebote ofensivo. Pero, en fin, mejor, irse al descanso (dos veces) 11 arriba en un partido a 100 puntos, que 8 abajo en un partido a 70.

El partido se reanudó con una canasta de Howard y otro triple, el cuarto, de Timma. Hay ídolos acostumbrados a tener grandes noches y mortales, como yo, Raphael o el Obra, que soñamos con tener una gran noche. Los de Moncho, peleados con el aro todo el año, lo veían hoy como el Arco del Triunfo. Dotson metió otro triple y Lezkano se llevó las manos a la cara, se acordó de la madre del analista de datos y pidió tiempo muerto. La buena era que estábamos 21 arriba; la mala, que faltaban 15 minutos. A Harding se le unió Montero y, a 6.30 para el final se habían puesto a ocho puntos. La cabeza pedía calma, pero el estilo de juego de Andorra invita a la precipitación y el Obra se precipitó. Sin embargo, le gustó.