Dos gallegos en un ejército brasileño

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Morenín entrena y Silvia Aguete es portera del campeón de la Copa de la Reina de fútbol sala, un Torreblanca Melilla con solo otra jugadora española y nueve «canarinhas»

04 may 2024 . Actualizado a las 22:26 h.

«En la Copa de la Reina un cámara me dijo que nuestras brasileñas le recordaron a la Brasil de Sócrates y Zico», desvela Gonzalo Iglesias Alonso, Morenín (Vigo, 1971), orgulloso de entrenar al Melilla Ciudad del Deporte Torreblanca, «un gran equipo» que por fin alcanzó la gloria en el fútbol sala femenino en Alhaurín de la Torre. A sus órdenes tiene un ejército con la portera también gallega Silvia Aguete Outón (Pontevedra, 1987), la canterana melillense Lydia Torreblanca, la ucraniana Anna Shulha, la argentina Silvina y nueve brasileñas: Amandinha —ocho veces balón de oro—, Jane, Jhennif, Ana Luiza, Thais, Bia, Ju, Bea da Silva y Nega.

«Está claro que es un vestuario muy diferente a otros que he tenido, pero el gallego nos da una sensación de cercanía con el idioma y mantenemos conversaciones fluidas en castellano. Es un grupo muy sano, alegre, divertido... Son muy optimistas y viven el deporte de una forma distinta, con mucha pasión», relata el estratega gallego en su segunda temporada en el conjunto norafricano.

Tras alcanzar la élite en el 2020, la apuesta del Torreblanca Melilla parece dar sus frutos y se codea con los gigantes del fútbol sala femenino en España. «Es verdad que la mayoría de las jugadoras no quieren venir a Melilla. Son más reacias, hay un halo de negatividad sobre la ciudad y, como está en África, se ve más lejos. Pero aquí hay sol y playa, estás a hora y media de Madrid, y si quieres ser profesional te da una opción muy seria. Yo mismo hablé con Fernando Currás y Gonzalo García de Victoria antes de venir. Aquí hay un dicho: la gente viene llorando, pero también se marcha llorando. Yo me siento muy a gusto y tras darle a la ciudad su primer título creo que hemos hecho feliz a mucha gente», destaca Morenín.

El entrenador pontevedrés cree que el éxito de su equipo abre camino para que más jugadoras nacionales «se atrevan» a probar fortuna en Melilla. Segundos clasificados en una Primera Iberdrola dominada por un Burela Pescados Rubén invicto, buscarán el doblete en el play off por la liga. «Hemos roto ese techo de ganar un título, que era lo más difícil, y ahora trataremos de sentenciar la segunda plaza. Si nos respetan las lesiones, llegamos al play off en un momento psicológico y deportivo muy bueno», cuenta.

«El presidente soñaba con llegar hasta aquí, quería un título, pero ha costado mucho», explica sobre el primer torneo copero tras cinco consecutivos para el Burela. «Tenemos que respetar mucho al Burela y al Futsi porque son los dos grandes que llevan muchos años ganándolo todo. Lo que ha hecho el Burela, ganado tantos títulos seguidos tiene muchísimo mérito», declara Morenín.

En la Copa de la Reina de Alhaurín de la Torre, sin embargo, las mariñanas cayeron en los cuartos de final por 5-1 ante el Futsi y el Torreblanca ofreció una imagen solvente para derrotar 3-0 a Les Corts, 4-1 al Arriva Alcorcón y 9-5 al propio Futsi en la final: «Creo que hicimos un gran torneo. El primer partido contra Les Corts nos costó, pero hicimos una buena segunda parte; la semifinal contra el Alcorcón fue casi perfecta, cometimos muy pocos errores, y tanto el grupo como yo nos quedamos con muy buenas sensaciones; y en la final tienes los nervios normales, tú no piensas que sea tan solvente cómo se desarrolló, pero todo el mundo me transmitía que hicimos un partidazo».

Es el primer título nacional que consiguen ambos

El Torreblanca Melilla se encontró un hándicap añadido en su asalto al torneo copero. O una oportunidad, según se mire: «Es misma semana Silvia Aguete nos dijo que, por trabajo, iba a poder jugar pocos partidos más. Eso nos unió aun más en el objetivo de hacer algo grande y dedicárselo». La portera pontevedresa disputó los cuartos de final y las semifinales, pero no pudo estar en la final del domingo al tener que presentarse el lunes a las ocho de la mañana en su nuevo puesto de trabajo en la cárcel de Teixeiro.

Tras coincidir varias temporadas en el Poio Pescamar, la figura del técnico fue clave para que la mejor guardameta del mundo en el 2019 se atreviese a afrontar su primera temporada lejos de Galicia. Juntos, además, han conquistado su primer título nacional. «He sentido que es un honor compartirlo con Silvia. Hizo una apuesta arriesgada al venir aquí, en parte porque me conocía y hemos conseguido algo muy bonito», relata un entrenador agradecido por «las muchísimas llamadas y cariño» recibidas desde su tierra tras ganar la Copa.

Campeón de España con selecciones gallegas y también de una Segunda División en Francia con el Toulouse, Morenín consiguió con el Melilla su primer título «importante», mientras que Silvia, que es tres veces campeona de Europa con España, tampoco había alcanzado la gloria por el momento en las finales que disputó con el Poio.

«Me dio pena no estar en la final con mis compañeras, verlo desde lejos, pero me alegré muchísimo. Ha sido muy especial ganar esta Copa», proclama la portera de 37 años. «Cuando comienzas un nuevo proyecto siempre tienes miedo, pero conocía bien al entrenador, sabía que había un proyecto muy serio y me lancé», destaca una mujer «encantada» con el grupo que se encontró en Melilla. «Me integraron desde el minuto uno para que entendiese portugués», apunta sobre un vestuario con nueve futbolistas brasileñas en el Pabellón Javier Imbroda.

Aunque sus nuevas obligaciones laborales la han alejado de su equipo, aguarda poder «echar una mano» en un play off por la liga donde tratarán de cerrar una temporada «redonda no, lo siguiente», en palabras de Silvia Aguete.