Para descubrir, el mirador de Muro Novo: viento que une mar y cielo junto al Sor, en O Vicedo

SOCIEDAD

xaime ramallal

Situado a más de 460 metros de altitud, en el tramo final del parque eólico de O Vicedo, este mirador ofrece unas vistas espectaculares sobre la desembocadura del río Sor, frontera natural entre Lugo y A Coruña

13 abr 2024 . Actualizado a las 15:07 h.

A algo más de 460 metros de altitud, en la parroquia vicedense de San Miguel de Negradas, existe un lugar único desde el que admirar uno de los parajes naturales más hermosos de Galicia: la desembocadura del río Sor, que marca la frontera natural entre las provincias de Lugo (O Vicedo) y A Coruña (Mañón). Se trata del mirador del Muro Novo, emplazado en un montículo en el tramo final del parque eólico de O Vicedo, y al que se puede acceder con bastante facilidad en coche tras cubrir unos 400 metros por la pista de zahorra que enlaza y da servicio a una veintena de las más de 40 turbinas eólicas que gestiona en ese espacio Acciona.

La fuerza con la que allí sopla el viento es lo que primero sorprende. Da igual que la jornada sea seca y soleada, o nublada y lluviosa, el visitante es incapaz de permanecer indiferente a las fuertes ráfagas mientras tiene la oportunidad de contemplar con asombro el serpenteante tramo final del río, con la isla de San Martiño en medio del cauce y las aguas dulces dirigiéndose mansamente a su encuentro con las del mar Cantábrico en la ría de O Barqueiro. Desde el Muro Novo, los tres puentes sobre el Sor (el metálico del ferrocarril, que fue construido al estilo de la Torre Eiffel a principios del siglo XX; el que fusiona las carreteras LU-862 y AC-862; y el antiguo, reconvertido en sendero peatonal), bajo los que dos heroicos grupos de mariscadoras de O Barqueiro y O Vicedo todavía extraen ostra, parecen casi piezas de juguete en un paisaje inmenso que funde la tierra con el mar y el cielo.

Entre el Cabo Ortegal y el Porto de Bares, que son visibles desde el citado mirador, y lugares con nombres tan sonoros como Creiximil, O Xurbal, O Morgallón o A Barreira, grandes extensiones de eucalipto tapizan hoy en día lo que antaño fueron prados o labradíos. En algunos casos, los montes rodean aldeas y pequeños núcleos de población que ahora están prácticamente deshabitados, pero en los que otrora vivieron cantidad de personas. La falta de oportunidades obligó durante décadas a muchas a emigrar al otro lado del océano Atlántico, a países como Cuba, Argentina o Uruguay, en busca de mayor prosperidad. Más recientemente, la diáspora fue interior, más cercana, con Viveiro, Burela, Ribadeo, Ortigueira, Ferrol o Narón como destinos principales.

Explotaciones de vacuno

Y eso es algo que se percibe de camino al mirador, en cuyas inmediaciones apenas hay viviendas habitadas, pero sí un puñado de explotaciones ganaderas de vacuno en extensivo.

Llegar al Muro Novo es sencillo desde Viveiro. Hay que salir en dirección hacia Ferrol, por la LU-862, y en la rotonda de Las Sirenas, en Covas, es preciso torcer a la izquierda y tomar la LU-P-6603 durante 4,5 kilómetros. Llegados al cruce con la LU-P-6402, hay que virar a la derecha y circular casi tres kilómetros hasta el desvío que conduce al mirador, y que está bien señalizado. Cuatrocientos metros más adelante es preciso girar de nuevo a la derecha para adentrarse en el camino de zahorra que lleva a otro paraíso.

Situación

En la rotonda de Las Sirenas, en Viveiro, en la LU-862, hay que torcer hacia la LU-P-6603. A los 4,5 kilómetros, se gira a la LU-P-6402 y circular casi 3 kilómetros. El desvío al mirador está señalizado.