Jugó enfermo y sus once tantos ya le dieron nueve victorias al equipo
04 may 2024 . Actualizado a las 23:04 h.Hay partidos que valen títulos. Y el jugado por el Deportivo en Las Llanas es de esos. No porque el rival fuera de los mejores de la categoría. Pero sí porque se enfrentaba a un escenario incómodo y a un contexto diabólico por la presión que el Barcelona Atlètic no deja de ejercer sobre los coruñeses.
Y ahí emergió la figura de Lucas Pérez, el líder del líder, para ganar el partido con un penalti providencial. Es la undécima diana del de Monelos, que es una garantía para el equipo blanquiazul. Cada vez que marca el 7, el Dépor se lleva los tres puntos. Antes, ya había ocurrido lo mismo contra la Real Sociedad B (2-1), la Ponferradina (2-0), el Fuenlabrada (4-1), la SD Logroñés (0-5), el Tarazona (4-1), el Osasuna B (0-4), el Lugo (4-1) y la Cultural y Deportiva Leonesa (2-0).
Una tónica que ya fue parecida la temporada pasada, en donde el cuadro herculino solo cayó en dos ocasiones a pesar de que Lucas marcase. La última fue en el fatídico duelo del play off en Castalia, ante el Castellón (4-3), y la primera en Alcorcón (3-1), en uno de sus primeros duelos desde su regreso. En ambas ocasiones, el Deportivo pagó jugar con unos menos por las expulsiones de Mackay.
Después de haber jugado 29 de los 35 partidos del Deportivo esta temporada, el de Monelos acumula 11 goles y 17 asistencias. Es decir, ha tenido una incidencia directa en el 47,45% de los goles totales del equipo (59).
Proceso vírico
Pero al margen del gol de penalti, Lucas Pérez se echó al equipo a la espalda en Las Llanas. Fue el faro que guio todas las jugadas de ataque de la primera mitad, algunas de una calidad sublime como un gran cambio de orientación que dejó solo a Balenziaga, pero que el lateral malogró por un mal control. La sorpresa fue ver la confesión de Idiakez al acabar el encuentro. Lucas había jugado «con una medio gripe».
El día fue redondo para el coruñés, ya que además completó el encuentro sin ver la quinta cartulina amarilla, por lo que podrá estar en el trascendental encuentro ante el Barcelona Atlètic del próximo domingo. Y eso que durante unos instantes se mascó la tragedia cuando se acercó a la grada deportivista para celebrar el gol de la victoria. El revuelo causado en el fondo blanquiazul hizo temer a muchos que el colegiado lo amonestara por alterar el orden. Pero no, Lucas se salvó y la fiesta fue redonda.
Ahora, al de Monelos solo le queda un partido más para completar la misión que se autoencomendó hace poco más de un año cuando bajó al barro de la Primera Federación para devolver a su equipo al fútbol profesional. Si le marca al Barcelona B, la victoria estará más cerca.