«Nunca pido autógrafos, los compro»

VIGO

El productor y empresario vigués es un coleccionista compulsivo que posee un importante fondo de objetos históricos relacionados con el séptimo arte

20 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A Mario Ubiaga le interesan los espectáculos y la cultura no sólo como gestor y empresario que es de múltiples eventos. Una de sus grandes pasiones es el cine y no únicamente como espectador.

Su afición por el séptimo arte también contempla la adquisición de numerosos elementos relacionados con películas y actores míticos, pero reconoce que es un coleccionista enfermizo de todo tipo de objetos. «Empecé recopilando botellas de Coca Cola de los cinco continentes y seguí por otras piezas de la marca. Llegué a tener más de mil quinientas, pero poco a poco me he ido deshaciendo de ellas porque no me caben en casa», comenta.

Antología de objetos

En su piso en el centro de Vigo todavía tiene una buena muestra de envases de la famosa bebida de cola ocupando una estantería, aunque un pequeño barrido visual nos lleva a la conclusión de que todo lo que allí atesora forma o formó parte del germen de una antología: cámaras antiguas, agitadores de cócteles, fichas de casinos, relojes, botellas de sifón «made in Vigo», ejemplares antiguos (y antológicos) de la revista norteamericana Life con Marilyn Monroe en la portada , reproducciones en miniatura de personajes de las películas de James Bond, hasta un curioso artilugio de 1923 que fue uno de los primeros modelos de batidora, -a manivela-, de la era moderna.

Ubiaga, vigués nacido en 1971, es promotor y productor de espectáculos. Organizó la Cow Parade Vigo 2007 , gestiona numerosos conciertos para el Festival de Música Are More, fue agente de Moncho Borrajo, llevó la programación del Teatro Fraga durante varios años... Siempre está metido en mil proyectos. Lo mismo te prepara una cabalgata de Reyes que convence a Ute Lemper para cantar en Vigo y repetir dos años después.

Mario aprendió a moverse en este mundillo a base de iniciativa y ganas de hacer cosas. De hecho, su primer proyecto empresarial fue una novedad en su momento. Al productor se le ocurrió ir por las tiendas ofreciendo papanoeles para animar sus negocios en la temporada navideña. Organizó fiestas para empresas de bebidas y hasta vendió pescado en la lonja. Empezó la carrera de Geografía e Historia y ahora, entre evento y evento, estudia dirección de empresas por la UNED. Pero siempre le tiró el star system , desde que de niño arrancaba las cortinas de casa para montar obras de teatro con sus hermanas. Es por eso que le fascina todo lo relacionado con el cine.

De sus estanterías «brotan» carpetas y archivadores con decenas de piezas catalogadas por modalidades mitómanas: fotos firmadas, programas de mano, autógrafos, carteles de películas antiguas, afiches, libros, miles de deuvedés...

El vestido de Judy Garland

El coleccionista empieza a sacar piezas sorprendentes, como el vestido de vaquera (faldita, camisa, chaleco y sombrero de Cowgirl) que Judy Garland usó en la película Girl crazy , (1943); un traje chaqueta que Jean Simmons vistió en This earth is mine , (1959); un batín de seda y un escudo utilizados por Gary Cooper en Las aventuras de Marco Polo , (1938); unos pendientes que Audrey Hepburn se colgó de sus orejas en Sabrina , (1954); una réplica de la pistola de Billy El Niño , (1941); la punta de una lanza del rodaje de Ben-Hur (1959); y otras piezas que tiene en su oficina, como los moldes de la cara de Grace Kelly, de Elizabeth Taylor y Jerry Lewis, una réplica de la escultura de El halcón maltés ... Todo, con su certificado de autenticidad.

Pero ¿de dónde sale todo esto? Una vez al año, el productor viaja a Estados Unidos y acude a varias tiendas que tiene «controladas» en Los Ángeles, «porque en esto hay mucho timo». Él mismo reconoce que ha picado unas cuantas veces comprando objetos que más tarde ha podido comprobar que no eran auténticos, como algunas fotos autografiadas. Internet también es una buena fuente para hacerse con recuerdos de mitómanos y cinéfilos.

Debido a su profesión, Ubiaga conoce a muchos artistas. Sin embargo, no utiliza esta vía para incrementar sus fondos. No tiene fetiches personales de los famosos a los que ha tratado. «Y nunca pido autógrafos. Los compro», cuenta. La única excepción es un emblema vigués del cine: el Fraga, del que tiene algunos papeles con historia, como invitaciones enviadas por Isaac Fraga para la inauguración -el 28 de marzo de 1948- y otros objetos que por vergonzante ignorancia, en anteriores reformas acabaron en los contenedores de la calle Uruguay para solaz de algunos ávidos anticuarios locales.

Rande, otra pasión

Además del cine, el productor tiene otra gran pasión: Rande, una fantasía que creció con él desde que era un crío y oía hablar de los tesoros ocultos bajo la Ría de Vigo mientras oteaba el horizonte desde su casa imaginando batallas y expediciones para hallar cofres llenos de joyas y monedas, «pero no es una colección, es un capricho». Tiene varias monedas de plata, libros y una docena de grabados. De ellos, exhibe con orgullo un mapa coloreado de la ría viguesa, datado en 1715, del grabador alemán Johann August Corvinus. El empresario se surte en las librerías antiguas de Londres, «pero hay que saber dónde compras, son unos piratas de caray».